20 de febrero de 2009

Espacio Cedido


Epílogo para un libro imprevisto

En toda realización humana un ingrediente imprescindible es la voluntad, el deseo, la decisión de concretarla...

Este principio general tiene, naturalmente, plena validez para el caso particular del desarrollo de la investigación en salud reproductiva. Pero vale, sin embargo, la pena detenernos a observar por un instante el marco en el cual sucedieron los hechos narrados por el doctor Edgard Cobo.

En el capítulo IX de La Rebelión de las Masas, Ortega y Gasset nos explica que la ciencia experimental es uno de los productos más improbables de la historia. He allí una razón para que apreciemos cuanto el doctor Cobo nos ha reseñado en este libro.

Hemos tenido ocasión de recordar que, hacia comienzos de la segunda mitad del siglo XX, en medio de los tumultuosos y constantes vaivenes de la historia de América Latina, un grupo de personas tuvo la imprevista ocasión de imaginar y no sólo eso sino también poner en práctica el proyecto de dar impulso a una corriente de investigación científica que, contra todo lo que los pronósticos probabilísticos hubieran vaticinado, ha logrado perdurar y sobrevivir a todas las turbulencias históricas que hemos soportado en esta región del globo a lo largo de estas décadas. He allí un hecho que merecería por sí solo un análisis sociológico detallado.

El doctor Cobo ha tenido el buen gusto de darle a esta narración un tono más bien informativo. Por haber sido él mismo uno de los más activos protagonistas de esta historia que nos cuenta, destaquemos que ese estilo resultó apropiado porque le ha permitido soslayar la infinidad de entretelones menores que no son más que anécdotas olvidables, muchas de ellas muy divertidas, por cierto, y en cambio le ha permitido concentrarse en las grandes líneas directrices que este movimiento intelectual sigue a lo largo de su desarrollo.

La publicación de este libro constituye un hecho esperanzador. Cuando estaban teniendo lugar los sucesos que el doctor Cobo nos narró en los capítulos iniciales, hubiera sido difícil imaginar que se estaba sembrando una semilla que llegaría a convertirse en planta robusta y que daría tantos frutos. Por eso, tan elocuente como su contenido propiamente dicho, es el valor de ejemplo que esta historia enseña.. América Latina no es una región donde las condiciones culturales favorezcan el desarrollo de la investigación científica. Sin embargo, a despecho de todas las adversidades, hay quienes han intentado y, más importante aún, logrado desarrollar una labor científica valiosa.

La significación del libro que nos ofrece el doctor Cobo es que nos ha contado cómo eso que parecía irrealizable, es real ahora merced al trabajo esforzado, perseverante y consecuente de los protagonistas de esta obra. Valoremos en consecuencia los hechos que nos han sido narrados y tengamos permanentemente en cuenta que, detrás de cada uno de estos sucesos hay, como si se tratara de un témpano, una extraordinaria cuota de esfuerzo que no sólo debió vencer los obstáculos que la tarea imponía, sino además el desfavorable contexto general en el que todos esos acontecimientos ocurrieron.

Alejandro N. Sala (anscottie)
Testigo en la distancia de esta historia

Este texto fue publicado como Epílogo del libro "Historia de la investigación en Salud Reproductiva en América Latina", del doctor Edgard Cobo, de Cali, Colombia, miembro fundador de la Asociación Latinoamericana de Investigación en Reproducción Humana (ALIRH). El autor de este Epílogo es Alejandro Sala, hijo del doctor Néstor Luis Sala, también miembro fundador de ALIRH y gran amigo del doctor Cobo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, Jesús, por tu buena onda de publicar estas líneas. Un abrazo.

ALEJANDRO

Anónimo dijo...

qué lindo escribís, Ans! igual ya lo sabía....

Jesús dijo...

Por nada, Ale. Te lo merecés (es un texto muy interesante). Y dejo este espacio abierto para cuando quieras usarlo.