22 de octubre de 2008

Exodo


Anduvo toda la noche.

La madrugada lo encontró en el cenit de la excitación. Quería seguir, no parar, recorrer miles de kilómetros, conocer otros lugares, ver gente rara, comer bichos exóticos, tomar algo fuerte en un bar de ruta arrullado por el sonido de lenguas extrañas.

Pero eso es para aventureros jóvenes y/o ricos, y él ya estaba viejo.

Así que se sentó en el banco de la plaza que estaba frente al Banco Provincia, se frotó las manos –solo como acto reflejo, ya que no tenía frío-, esbozó un sonrisita y se sintió bien. Rodeado de árboles, con el olor fresco del pasto húmedo de rocio, con un tímido rayo de sol saliendo por detrás de la Iglesia. Solo en el centro de una ciudad que empezaba a desperezarse.

Esperó un rato, se acomodó el reloj, tomó impulso y se levantó. No hacía falta subirse a ningún vehículo, él ya estaba viajando. Y lo esperaba un viaje más largo e incierto aun.

Tomó coraje y nos dejó.

7 comentarios:

Crai dijo...

Aplaudo de pie. Es muy lindo lo que escribís. Lo mio lamentablemente no es exceso de maconia. Vengo así...

Jesús dijo...

Gracias, Ceci. La verdad: escribo todo de un tirón, casi sin releer. Yo sigo elaborando. Posteo algo más acerca del tema y doy por cerrado el duelo (por lo menos acá)... Lo suyo es muy bueno!!! El de hoy es más delirado que lo de ayer, aun. Ahora paso a dejarte mensaje ahí (donde corresponde). Besos

deephouse dijo...

Mientras sea recordado con una sonrisa, siempre va a estar cerca. Te mando un abrazo enorme!

Martin Cool dijo...

Un abrazo enorme Jesus. No puedo, ni quiero agregar nada mas.

Anónimo dijo...

Emocinante Jesús, es muy importante que puedas expresar tus sentimientos, no todos pueden. Nada más que agregar.
Saludos.
Ana.

Jesús dijo...

Gracias Deep, Martín y Ana. ¡Se agradece el acompañamiento!

Anónimo dijo...

Se me pianto un lagrimon Jesus.
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